Nube Azul I
Nube azul está confusa, desconcertada y lleva lunas sin dormir, su corazón revolucionado y su cabeza dando vueltas aldededor. La sensación del animal que descubre un mundo a su aldededor pero se ve atado por una cuerda. Por un lado se muestra fascinada por aquel rostro pálido que la salvó y todo el mundo que lo rodea. Es como si le hubieran quitado una venda y el mundo fuera mucho más grande de lo que pensaba. Ya no sabe si está enamorada de él o de todo aquello que vió. Pero le ha visto furtivamente, y cree que él lo sabe, lo ha visto en sus gestos, en sus excursiones al bosque a buscarla para encontrarse con nadie porque ella estaba escondida, allí donde la liberó de la trampa. Sin embargo ella mantiene vínculos fuertes con su pueblo al que ama y no quiere traicionarle. Allí también tiene un amor que sabe que la quiere, lo que debería ser, lo correcto. Porque ella en el fondo sabe que su amor con el rostro pálido es imposible, que su pueblo se sentiría traicionado y que en su nuevo mundo tampoco no sería bien recibida, una paria, una salvaje, un capricho sin derecho. Aquí la vemos pensativa, contrastando con el sol sus pensamientos y contándole que ella en el fondo sabe, que por muy imposible el amor no entiende de pueblos, ni de tradiciones, ni de conquistas salvo de aquellas que tienen que ver con el corazón.