Me llamo Iván Macía, natural de Donostia – San Sebastián, aunque resido actualmente en Irún. Adquirí mi primera réflex digital hará seis años y es entonces cuando decidí aprender seriamente como plasmar aquello que yo veía en mis viajes, en la calle, en los eventos sociales… pues me atraía enormemente la belleza del momento, de poder plasmar toda una serie de elementos, sensaciones y sentimientos en un lienzo salido de mi cámara. Enseguida te das cuenta de que hacer eso no es nada fácil, y que la fotografía es todo un arte y un mundo por explorar.
Desde entonces no he parado de explorar el mundo de la fotografía y de aprender, muchas veces de manera autodidacta y siempre bien acompañado y asesorado por grandes fotógrafos.
Poco a poco me he dado cuenta que lo que engancha a la gente cuando ve una foto es la capacidad de generar una emoción, aquello que te hace mantenerte enganchado a la fotografía. Puede ser la belleza de un paisaje, la alegría de un momento, la melancolía que transmite una escena, la capacidad de viajar virtualmente y conocer sitios en los que no has estado o incluso trasladarte a mundos imaginarios que no existen. Creo que la base de esta creación es la técnica que he intentado mejorar poco a poco, y aun estamos en ello, pero nunca hay que olvidar la parte artística.
En esta evolución he seguido cultivando la fotografía de paisaje y de vez en cuando el reportaje social, si bien cultivo mucho el retrato, evolucionando hacia formas más creativas a modo de pequeños proyectos fotográficos en colaboración con otras personas, intentando recrear estéticas o escenas que resulten creíbles.
Este pequeño rincón pretende ser un lugar donde plasmar todo aquello que yo he visto y he capturado, intentando siempre aportar mi enfoque personal, tanto desde el punto de vista de la captura como de la edición.
También este pretende ser un punto de encuentro para aquellos que piensen que mi trabajo vale la pena y quieran adquirir alguna de mis fotografías o confiar en mí para algún tipo de proyecto fotográfico. Personalmente pienso que no hay nadie que no tenga algo que decir delante de una cámara, lo difícil es elegir bien las «palabras», algo que intento con el mayor esmero y a lo que sigo aprendiendo…